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“Atea, feminista y abortista” a mucha honra

En el año 2014 Julieta Arosteguy fue despedida como docente de la carrera de puericultura que dictaba FUNDALAM para la UNSAM por reconocerse “atea, feminista y abortista” en una clase. Este último jueves, una Jueza de Primera Instancia del Poder Judicial de la Nación consideró que ese despido fue discriminatorio y ordenó el pago de los salarios adeudados y el daño moral por ese acto de discriminacion

Por Soledad Deza

*Foto: Tiago Obligado

Julieta Arosteguy, además de ser  “atea, feminista y abortista” es Licenciada de Filosofía UBA, también en filosofía de la Universidad de Virginia Estados Unidos, estudiante avanzada de derecho, candidata al diploma en derechos sexuales y reproductivos y doctoranda en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. También es Asesora de salud y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Quilmes también investigadora en el Programa de Bioetica de FLACSO- Argentina y ex tutora del campus virtual de salud pública de la Organización Mundial de la Salud entre muchos otros títulos que menciona.

Desde Católicas por el Derecho a Decidir Argentina, el 13 de Noviembre de 2014 se repudió públicamente este acto persecturio que violaba la libertad de cátedra contemplada en el art. 33 de la ley 24.521 y afectaba la libertad de conciencia y expresión de la docente http://(http://catolicas.org.ar/comunicado-cdd-argentina-ante-la-desvinculacion-una-docente-unsam-posicionamientos-ideologicos/)

Para quienes no la conocen Julieta Arosteguy es una activista por el derecho a decidir. Pertenece de la Campaña Nacional por el Aborto legal, seguro y gratuito. También es quien le ponía -a pedido- los pañuelos verdes a personajes de ayer y de hoy como Los Beatles, Coca Sarli, la Mujer Maravilla y Julio Argentino Roca que después inundaban las redes y perfiles personales. Es contestataria, comprometida  y peleadora, honesta en sus posiciones y una vez que entra en una discusión -como dirían acá en Tucumán- es “seguidora como perro de sulky”. Es la mamá de Mimis. Es mi amiga hace varios años.

MxM: Que sentis como atea, feminista y abortista frente a esta primera batalla ganada?

J.A: Siento un alivio enorme. Cuando me despidieron, con todo lo que eso implicó –desde el maltrato personal y la manipulación de estudiantes hasta la falsificación de firmas y adulteración de expedientes administrativos- no podía creer que en Argentina, en el 2014, todavía se pudiera censurar y perseguir a una docente feminista por manifestarse abiertamente a favor de la laicidad estatal y la legalización del aborto.

La sentencia confirma que no se puede. No se puede perseguir impunemente a una docente por lo que dice y piensa, y siento un alivio enorme de saber que quien lo haga tendrá que pagar un costo muy alto.

MxM: En momentos donde se agrede a compañeras con pañuelo verde , pensas que contribuye a redefinir la carga negativa del término “abortista” ?

J.A: Totalmente. Las agresiones que venimos viendo son intentos extremos de impedir que nos manifestemos a favor de la legalización del aborto. Antes nos despedían para silenciarnos. Ahora agreden a las compañeras que muestran sus pañuelos verdes. La intención es clara: no quieren que hablemos sobre este tema, porque el silencio favorece el statu quo, los prejuicios y las etiquetas como «abortista» favorecen al statu quo. Pero las mujeres no nos callamos y los antiderechos apelan a distintas formas de violencia para intentar silenciar el debate.

En este sentido, creo que esta sentencia ayuda a promover el valor de la tolerancia y el debate plural y respetuoso  sobre el aborto y en este sentido legitima no sólo el debate, sino las distintas posturas en este debate, entre ellas, la de las «abortistas», sacándole la carga negativa que siempre se trató de imponer a este término.

Pero por otro lado, creo también que la sentencia recoge un consenso que se fue construyendo socialmente, y en especial en este último año tan intenso de debate sobre la legalización del aborto, sobre la necesidad de hablar de estos temas y otros temas que también fueron tabú hasta el momento, como el rol que la Iglesia Católica tiene en nuestras instituciones.

MxM: Pensas que la apostasia de estos días, es feminista?

J.A: La votación en el Senado mostró a las claras la intención de imponer dogmas religiosos, como es la sacralidad del embrión humano desde la concepción, a todas las personas mediante las leyes. La apostasía fue una reacción natural frente a esta prepotencia ideológica que afecta especialmente a las mujeres, lesbianas y disidencias sexuales. En este sentido, fue un gesto potentísimo en el que miles de personas decidimos, por un lado, ejercer nuestra libertad de conciencia y religión.

La apostasía fue profundamente feminista.

Fue un acto de rebeldía frente a una religión que nos oprime y combate activamente nuestros derechos y un ejercicio de nuestra libertad religiosa frente a un Congreso que prefirió imponernos las creencias religiosas de sus miembros antes que respetar nuestros derechos y necesidades.

Yo creo que el feminismo es una de las fuerzas laicistas más poderosas que haya visto la Argentina, y su laicismo no proviene de la tradición liberal relacionada con el respeto a la libertad de culto sino con una necesidad mucho más básica relacionada con la lucha colectiva por el reconocimiento de nuestros derechos. Las mujeres argentinas, la mayoría de ellas cristianas, estamos empezando a reclamar la laicidad de nuestras instituciones porque son las religiones las que obstruyen nuestros derechos.

MxM: A cien años de la Reforma Universitaria y en el marco de políticas neoliberales feroces que intentan cotidianamente “neutralizarlo” todo y opacar el prnsamiento crítico, es doblemente valorable que un fallo judicial reconozca “que resulta altamente recomendable que un docente explicite su punto de vista y el basamento de su postura en concordancia con su posicionamiento ideológico, propio o basado en alguna corriente doctrinaria de la que participa, siempre en un marco de respeto, pues ello genera como contrapartida la libertad de los alumnos de compartir o disentir con lo expresado, pero en modo alguno ello resulta justificativo como para que la empleadora asuma una posición que deje de lado a la trabajadora, sujeto de preferente tutela constitucional, cuando , como ocurre en el presente, aquella no se ha excedido en el ejercicio de sus derechos”.  Que responsabilidad tienen las Universidades en el debate social de la legalización del aborto?

J.A: Existe esta idea equivocada de que una cátedra universitaria es un lugar desde el cual se puede negar que la ley es ley, y que los derechos son derechos con la excusa de la libertad de cátedra y la libertad de expresión. Esto es un disparate.

La libertad de cátedra no admite que las y los docentes desinformen a sus estudiantes, ni que impongan sus ideologías particulares como si fueran verdades indiscutibles e indiscutidas. Ni que silencien los cuestionamientos y debates de las voces disidentes. 

Las universidades tienen la responsabilidad de formar profesionales comprometidos con los valores de nuestra democracia republicana. En este sentido, no sólo deben promover el debate sobre la legalización del aborto, sino que deben formar a sus estudiantes en el respeto de las leyes e instituciones de la república. Es decir que deben informar adecuadamente sobre los derechos que las mujeres ya tenemos de interrumpir un embarazo, y de las condiciones en las que podemos acceder a este derecho.