7M: Día de la Visibilidad lésbica
Desde hace más de diez años, cada 7 de Marzo se conmemora el día de la visibilidad lésbica en nuestro país. Argentina, a diferencia del resto del mundo, fija esta fecha a nivel nacional en memoria de Natalia «Pepa» Gaitán. Pepa fue asesinada a manos del padrastro de su novia. Los motivos para cometer este crímen de odio son claros y se los conoce por los testimonios de amigues cercanos a la pareja: la familia de su novia la odiaba porque Pepa estaba «corrompiendo» a su hija, privándola de tener «relaciones normales». Posteriormente, en instancias de juicio, la Justicia no reconoció las violencias de género y las discriminaciones estructurales que motivaron el asesinato.
A partir de esto Pepa se convierte en símbolo de lucha colectiva.
Para ahondar más sobre el día, hablamos con Jimena Gomez Roselló, abogada feminista y activista por los derechos de la comunidad LGBTTIQ+:
¿Cuáles son los obstáculos que encontrás como lesbiana en Tucumán?
En términos de clase, reconocería la necesidad de una mirada interseccional: no es lo mismo ser una lesbiana de capital, a una del interior, de una comunidad originaria. No es lo mismo la diversidad en todos los lugares, ya que no todes tienen las mismas herramientas ni el mismo acceso al conocimiento. Por ejemplo, yo soy profesional, abogada, vivo en capital, soy de clase media; no es lo mismo como puedo atravesar la discriminación desde ese lugar que una lesbiana de un barrio popular o de zonas rurales.
Por otro lado, rescataría el papel de las niñeces, que favorecen a una realidad de mayor aceptación. Entre les niñes, si hoy un niña se reconoce lesbiana, tiene mucho más apoyo tanto entre sus pares como en una institución por los avances en derecho. Considero que hoy lo que está faltando es abrir el juego, empezar a problematizar estas cuestiones desde lo social: así como toda la vida se ha asumido que les niñes son heterosexuales, también empezar a pensar que las niñeces pueden vivir en la disidencia y tener otro tipo de orientación sexual.
Ahora, en mi realidad concreta, podría concluir que los estereotipos que nos siguen pesando son los que pesan hace unos años. Los cuales también pesan sobre la femineidad: si una es lesbiana, tiene que ser mujer y cumplir con los mandatos que conllevan en ser mujer (ser femenina, tener proyectos de pareja estable, etc). Hay todavía muchísimos estereotipos en cuanto al género que atraviesan a las expectativas de ser lesbianas. No es lo mismo ser una lesbiana contrahegemónica a una «hegemónica». Seguimos estando presionadas por los propios componentes de la cultura heteropatriarcal cis.
¿Por qué es importante este día en términos de Derechos Humanos?
Es importante porque la identidad es un derecho humano. Si bien, cuando hablamos de lesbianas usualmente estamos hablando de una forma de orientación sexual, hoy vemos un cambio enorme ya que, además, se habla de personas que están por fuera de lo binario; es decir, de la existencia de lesbianas que no se consideran dentro del binomio mujer-varón.
Más allá de esto, si nos enfocáramos únicamente en la orientación sexual o de identidad de género, estamos hablando de derechos humanos: el derecho a auto percibirse, de vivir la sexualidad de manera libre y plena. Todo lo que implica vivir en libertad hace a los derechos humanos.
¿Cuáles son los principales reclamos de la comunidad hoy?
Son muchos y son diversos. La mayoría están circunscritos en los reclamos del colectivo LGBTTTIQ: basta de discriminaciones, de discursos de odio. Recientemente vimos cómo se viralizó un caso en que se condenó a una pareja de lesbianas por un hecho aberrante, lo que nos permitió analizar cómo esto ha favorecido muchos pensamientos de odio que existen en la sociedad. Es decir, en estos casos no se limitan a repudiar el hecho en sí, sino en señalar exclusivamente la orientación sexual -como si hubiera sido un detonante o la causa del hecho-.
Con todo esto, además, volvemos al pedido de aplicar una efectiva Educación Sexual Integral en todas las instituciones públicas y privadas, ya que si ponemos el foco en las niñeces, juventudes o instituciones de participación, podemos crear una realidad diferente en donde las identidades y las personas sean respetadas y acepten la diversidad, que convivan desde un lugar sin culpa, miedo o discriminación.
Días como hoy, no podemos olvidar que el orgullo también es una respuesta política.
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