Inicio » Novedades » «Una revolución hacia afuera y una revolución en mi interior»

«Una revolución hacia afuera y una revolución en mi interior»

Sofía Gandur, cuenta su experiencia como docente de las Escuelas Populares de Formación en Género.

Por Sofía Gandur

Me reconocí feminista hace algunos años, lo que es poco tiempo, sobre todo en comparación con las maravillosas mujeres que me invitaron a sumarme a la Fundación Mujeres x Mujeres y a la docencia en las Escuelas Populares.

Siempre me había latido el corazón al ritmo del movimiento de mujeres pero sin participar en forma activa. Me encontré muchas veces defendiendo los derechos de las mujeres y poniéndole el cuerpo a las casi imbatibles armas del patriarcado, pero no sabía que ese era el enemigo que estaba combatiendo. Me había abrazado con muchas desconocidas y había hecho mías sus luchas sin darme cuenta que eso se llamaba sororidad. Conocer, leer, aprehender feminismo en ese momento fue renacer, resignificar mi vida, redescubrir el sentido de lo que pienso, de lo que hago y de lo que digo. Los problemas que ya conocía empezaron a tener nombres, reconocí los derechos por los que luchaba en algún instrumento y las historias que me conmovían o que me empoderaban, de repente eran protagonizadas por algún rostro que empezaba a identificar.

Formar parte de las escuelas populares en formación de género fue revolucionario.

Una revolución hacia afuera, porque a los ojos del mundo, fuimos un grupo de mujeres que acercaron herramientas de poder y de lucha a otras mujeres y varones a su propio espacio, a su terreno. Pero fue mucho más grande la revolución en mi interior. Fue un desafío retomar los conceptos y las ideas que siempre me habían sido tan “naturales” pero que con el tiempo había aprendido a llamar por su nombre. Tuve que volver a dar vuelta el guante y ponerme en el lugar donde todo había empezado: había que buscar de nuevo a esa versión anterior de mi misma, que no sabía de nombres, ni de rostros, ni de leyes.

Así fue que una mañana de sábado en la que –contra todo pronóstico- no llovió, me encontré en la sede de la COBA poniendo en crisis y decodificando conceptos, estereotipos, ideas, prácticas sociales y políticas junto con otras más de cien personas, en su mayoría mujeres. Fue gratificante ver el nivel de compromiso que tenían con la lectura de los textos y la realización de las actividades que las docentes proponíamos.

Nada se compara con la enorme satisfacción que sentí cuando una de las mujeres que asistió a las clases dijo que gracias a la escuela, había aprendido a valorarse.

Gracias a la Fundación Mujeres x Mujeres, al Espacio de Mujeres del “Frente Popular Darío Santillán” y al Consejo Nacional de las Mujeres por la oportunidad de formar parte de esta revolución feminista. Espero que se repliquen los espacios como el que nos regalamos ese sábado.