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La (in)existencia de les cuerpes gordes

Para sorpresa de nadie, los medios de comunicación masivos se convirtieron nuevamente en el epicentro de la propagación de mensajes nefastos.

Polémica de Cormillot

Recientemente el conocido doctor Cormillot fue invitado al programa televisivo LPA y, entre una de las cuestiones, se habló sobre educación alimentaria; entre otras cosas, dijo:

“(…) si sos una chica que pesa 120 o 130 kilos, muy posiblemente tus amigos si te ponen la mano encima en la oficina lo hacen como buenos compañeros. Si vos bajás 30 o 40 kilos, ya dejan de ponerte la mano encima como un buen compañero y lo hacen con otra intención. Eso puede parecer discriminación pero no es así”.

Y no, este no es un un “ejemplo antiguo” -como quiso excusarse dicho doctor posteriormente- ni un comentario que estemos dispuestes a dejar pasar con liviandad.

No hay que olvidarnos que por más de seis años Cormillot condujo el panel de profesionales de uno de los programas más vistos en la televisión Argentina: Cuestión de Peso (CDP); el cual bajo la idea de promover la salud y una mejor alimentación exponía a sus participantes a toda serie de humillaciones, reduciendolos meramente a su peso ignorando la condición de persona que hay detrás.

Pensemos que como Cormillot (“experto en nutrición y obesidad”), hay miles de mediques que sostienen con efervescencia sus mismos pensamientos, por lo que les cuerpes gordes no solo están excluidos de la sociedad misma sino de un sistema de salud que se niega a reconocerlos y a aceptarlos.

Siendo Argentina uno de los países con mayor tasa de TCA del mundo, las condenas -implícitas o explícitas- a todas las corporalidades que salen mínimamente de la norma continúan, y en las más variadas formas de desprecio y exclusión; de esta forma, gran parte de la sociedad que se esconde en “sustentos biomédicos” para opinar con total impunidad al otre, a su vida, sus decisiones, penando incluso con una muerte cercana si no cambian radicalmente su estilo de vida.

Aparentemente la mera existencia de las personas gordas molesta. Y si es mujer, peor. 

Sobre esto el ejemplo de Cormillot es clave porque no solo ataca a les gordes en su generalidad sino que se normaliza el acoso laboral como un elogio (algo que tanto nos ha costado, y nos sigue costando, desnaturalizar).

Magdalena Piñero -activista gorda-, en el libro “Feminismos” de Píkara Magazine, opina que “No es lo mismo ser gordo que delgado, pero tampoco es lo mismo ser gordo que gorda. Las mujeres seguimos teniendo esa losa pesada de la gordofobia. Y así sucede con todas las opresiones.”

Hoy, como feministas, nos preguntamos ¿cuánto más tenemos que seguir bancando discursos gordofobicos disfrazados de salud?

Hablemos de corporalidades diversas, visibilicemos los diferentes tipos de realidad.