Inicio » Clínica de abogacia feminista » Primer Encuentro Clínico feminista

Primer Encuentro Clínico feminista

Por Mujeres X Mujeres

Empezamos el encuentro a las 14:30 horas vía Google Meet debido a las recomendaciones sanitarias ocasionadas en virtud del COVID-19.

Estuvieron presentes Soledad Deza, Sofia Gandur, Larisa Moris y Mariana Alvarez en calidad de coordinadoras; y Jessica Costello, Maria Myriam Cativa, Camila Zavaleta, Valentina Navarro, Agostina Nucci, Ariana Cil Ucci, Florencia de Dios, Paula Moya, Victoria Borquez, Ivana Romero, Noelia Aisama y Agustina Lasquera en calidad de integrantes del equipo que conformará la Clínica de Abogacía Feminista, quienes se presentaron y comentaron sus expectativas de la Clínica. Se aclara que dos integrantes estuvieron ausentes dando preaviso .

Partimos con la percepción de que actualmente la educación legal asentada en el paradigma del formalismo jurídico considera al derecho como un todo hermenéutico, ordenado y único, donde la función primordial de administrar justicia en la sociedad está limitada a una determina élite: juezas y jueces y abogadas y abogados.

Sin embargo en reacción a esta postura surgen varias corrientes, entre ellas la más importante denominada realismo jurídico que nace desde el campo de la filosofía del derecho, y piensa al derecho no como un todo hermenéutico y cerrado capaz de resolver todas las situaciones que se presentan en la sociedad, sino que retoma la idea de la interpretación normativa del derecho como “operador” social, considerando que el abogado no sólo debe conocer las normas sino que también deben conocer su impacto social.
Dentro de esta nueva línea de pensamiento es claro que uno de los aspectos que merece ser repensado es el de la educación jurídica, dejar de pensar o estudiar el derecho desde los libros y pasar a darle participación a un elemento esencial y hasta ahora olvidado que es la aplicación de este derecho en la práctica.
Las clínicas jurídicas tienen dos objetos uno mediato y uno inmediato, en el primer caso educar a las abogadas y los abogados con destrezas en la práctica pero sobre todo con habilidades críticas y analíticas, para que en el futuro el ejercicio del derecho conforme esta visión revele sus potencialidades como “derecho emancipatorio” o generador de cambios sociales, a su vez esto también fomentaría una reestructuración institucional más comprometida con valores democráticos, justos y con la capacidad de dar respuesta a las demandas sociales. Desde un punto de vista inmediato las clínicas permiten la actuación legal de aquellos casos que no son receptados por la corporación de profesionales del derecho -ya sea por su complejidad, por falta de incentivo económico o por la repercusión política que pueden llegar a generar- permitiendo así una mayor efectividad del derecho de acceso a la justicia.
Así nace esta Clínica de Abogacía Feminista que tiene como objetivo principal el abordaje integral de diversas cuestiones relacionadas a la igualdad de género, a la erradicación de todas las formas de discriminación contra la mujer y diversidades, a la denuncia y eliminación del ejercicio de violencia en todas sus formas contra las mujeres y diversidades, a garantizar el acceso a derechos sexuales reproductivos y no reproductivos de todas las personas, a la educación sexual integral, al fortalecimiento de la ciudadanía, al robustecimiento de las instituciones democráticas, a la consolidación de un estado verdaderamente laico, a la separación de las estructuras estatales de las religiosas. Todo ello con el fin de brindarle también a las/los futuras/os profesionales herramientas que le permitan motorizar cambios del medio que habita, siempre desde la perspectiva de género y con la idea de protección de los derechos fundamentales.
Para desarrollar esta tarea, los primeros encuentros de la Clínica consistirán en la formación o fortalecimiento de las nociones teóricas que las coordinadoras entendemos fundamentales. Finalizado el módulo introductorio comenzará la práctica profesional propiamente dicha bajo la supervisión de las coordinadoras. En esta etapa, se irán alternando reuniones clínicas con clases teóricas o consultas con expertas y expertos, según el criterio del equipo de coordinación.
En las reuniones clínicas se discutirán asuntos relativos a los casos que lleve la Clínica, como ser las estrategias procesales, las presentaciones escritas u orales, entrevistas con las/los clientes, etc.
Se tomarán casos en los que se vean involucradas cuestiones relativas a la igualdad de género, a la erradicación de todas las formas de discriminación contra la mujer, a la denuncia y eliminación del ejercicio de violencia en todas sus formas contra las mujeres, a garantizar el acceso a derechos sexuales reproductivos y no reproductivos de todas las personas, a la educación sexual integral, al fortalecimiento de la ciudadanía, al robustecimiento de las instituciones democráticas, a la consolidación de un estado verdaderamente laico, a la separación de las estructuras estatales de las religiosas.
A criterio de las coordinadoras, se interrumpirán las reuniones clínicas con el objeto de fortalecer los conocimientos del grupo de estudiantes para dictar una clase teórica.
También podrán fijarse reuniones de consultas con expertas y expertos en alguna disciplina específica a los efectos de reencauzar el caso clínico.
Es importante resaltar que la dinámica de los encuentros se basa en la discusión en horizontalidad e interdisciplinariedad con el objetivo de encontrar interpretaciones auténticas que puedan proponerse como soluciones jurídicas a los problemas planteados.
La forma de aprender en la clínica requiere de:
1. Aprendizaje activo o participación activa de todas las intervinientes en un entorno de absoluta horizontalidad y respeto. Todas las voces serán escuchadas y todos los aportes -correctos o incorrectos- son valiosos y pueden ser tomados para reforzar o rebatir los propios argumentos.
2. El proceso de validación del conocimiento del conocimiento con otres. Esto se estructura sobre tres ejes: investigación jurídica – argumentación – acuerdo/desacuerdo. En este proceso se exteriorizan los preconceptos, fortalecen debilidades y se corrigen los tachados de incorrectos. La construcción del conocimiento es colectiva y responderá a principios del derecho pero con la matización propia de la perspectiva feminista y crítica.
3. Sentido de utilidad del producto de este proceso de construcción del conocimiento. El proceso descripto no alcanza si no obtenemos de él una proyección hacia la realidad de las estudiantes y de la sociedad en su conjunto.
El antiformalismo identifica tres categorías que entendemos que pueden materializarse en el proceso de enseñanza y aprendizaje del derecho: naturaleza abierta del derecho, multiplicidad de fuentes, interpretación autentica,.
La naturaleza abierta del derecho en oposición a la consideración formalista del derecho cerrado, cuyo estudio puede agotarse en sus diversas áreas porque está limitado por fuentes que se entienden legítimas. El estudio del derecho no se agota en el estudio de las normas.
Multiplicidad de fuentes, paradigma contrario al del formalismo que considera que el legislador tradicional es fuente única del derecho, que el centro del aprendizaje gira en torno a la lectura y memorización de códigos y su orden.  Se permite entonces el abordaje distinto a la concentración en la ley porque no está en ella la totalidad de las respuestas ni de las soluciones.
Interpretaciones auténticas distintas de las miméticas que realizan los operadores jurídicos en el formalismo. Si el derecho tiene naturaleza cerrada y se estudia de manera exhaustiva a través de la ley, entonces la repetición precisa de esa información se traduce en conocimiento del derecho. Las interpretaciones auténticas se traducen en la creación del derecho en el aula.
Con el método clínico todo lo expuesto se potencia: la participación es activa en los encuentros y la horizontalidad favorece el empoderamiento de las estudiantes; el reconocimiento del derecho de naturaleza abierta nos permite la crítica de las normas legales, del orden legal y del ejercicio de las jerarquías poderosas a través del derecho y la disposición del aula como un espacio de creación y de exploración de las múltiples fuentes generan soluciones creativas que se validan afuera del aula a través de demandas originales, planteos procesales novedosos, proyectos de reformas con impacto, peticiones administrativas desafiantes.

Siendo las 16 horas, se dio por finalizado el primer encuentro.