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Autoridad de aplicación es la Secretaría de la Mujer

Por Mujeres x Mujeres

Desde la Fundación Mujeres x Mujeres adelantamos que la autoridad de aplicación de la ley Micaela debe ser quien tenga las competencias, habilidades e incumbencias para capacitar en género y violencia contra las mujeres. En nuestra provincia, por no existir el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad (ex INAM), la autoridad de aplicación el único organismo que reúne esas características es la Secretaria de Estado se la Mujer quien al día de la fecha es la que ha estado al frente de esta tarea.

La autoridad de aplicación es quien debe certificar el contenido de las capacitaciones conforme indica el art. 5 de la ley 27.499 y quien además debe llevar registro de quienes se niegan a capacitarse conforme indica el art. 8 de la misma ley.

Ello no obsta a que cada poder de gobierno implemente las capacitaciones al interior de cada Organismo. Sin embargo, confundir autoridad de aplicación y organismo responsable de la implementación conducirá en los hechos a fragmentar las capacitaciones y diluir la rectoría que en materia de género le corresponde a quienes tienen las capacitaciones correspondientes para ejercer esta tarea.

Una política pública de género transversal es clave para asegurar la efectiva incorporación de este enfoque en el Estado, pero asegurar los mecanismos de control pertinentes para su diseño y monitoreo es indispensable para su efectividad.

Alertamos acerca de que un mal entendido republicanismo respecto de la Ley Micaela producirá de facto la falta de operatividad al interior de Poderes como el Legislativo, que se han declarado públicamente y por mayoría “pro vida”, en clara ignorancia del enfoque de género que propulsa el debate nacional de legalización del aborto.
Ser la última provincia en adherir a esta Ley 27.499 que obliga a funcionarixs y empleadxs publicxs a aprender la perspectiva de género y a comprometerse con la erradicación los patrones culturales que habilitan la desigualdad de poder que subyace a las violencias contra las mujeres, evidencia que en Tucumán las resistencias institucionales a la igualdad de género son inocultables.

La única verdad es la realidad. La adhesión no debe contener trampas o no será adhesión, sino adefesio.