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Ana Valoy NO puede ser Asesora en Violencia de Género

El 26 de Junio pasado, a días de sancionarse la adhesión a la Ley Micaela en Tucumán, hicimos un pedido de información pública al Intendente de Yerba Buena Mariano Campero sobre la preparación de la Lic. Ana Valoy para ocupar un cargo destinado a incidir en políticas públicas de género en su Municipalidad. Hoy recibimos la respuesta institucional en el Expediente N° 1258 F 20, la Licenciada no es Directora, es Asesora

Por Mujeres X Mujeres

Ana Valoy es una dirigente tucumana que hizo campaña -y perdió- oponiéndose públicamente a la igualdad de género y a los estándares de derechos humanos que informan la perspectiva de género.

Es referente pública de la militancia cristiana, como lo muestra la foto que ilustra esta nota y que da cuenta de algunas de sus disertaciones públicas.

El Jefe de Gabinete de la Municipalidad de Yerba Buena, Dr. Manuel Courel, nos informó que la Lic Ana Valoy, no es «Directora» del Observatorio Municipal de la Familia, sino «Asesora» e «integrante» de ese espacio institucional. Sin embargo, el sitio oficial donde publicita la Intendencia este Observatorio publicita la siguiente información: «La Lic. Ana Valoy, Directora del Observatorio Municipal de la Familia, sostuvo acerca del trabajo que se está realizando ante la violencia contra la mujer. “Dentro de lo que es el Observatorio municipal de la Familia, estamos trabajando fuertemente en el área Mujer. Esta área es para prevención de la violencia hacia la mujer”. Además, sostuvo: “Estamos coordinando con organismos provinciales que ya están trabajando en la temática de una manera para dar respuesta a lo que se ha incrementado. Esta situación es muy difícil para mujeres que conviven con el agresor y en ella se ha intensificado y agravado en este período de la cuarentena. Decidimos dar una respuesta de una manera remota que es una atención telefónica ante las cuales las personas pueden llamar y pedir asesoramiento, o para realizar una denuncia” (https://www.yerbabuena.gob.ar/?q=content/el-observatorio-la-familia-se-encarga-la-proteccion-la-mujer) . Esto nos deja la duda sobre la veracidad de la información pública brindada. 

El Jefe de Gabinete municipal adjuntó la Ordenanza de creación de ese Observatorio de Familia – Ordenanza N°2234/19 donde en ningún momento habla de perspectiva de género, sino todo lo contrario, habla de «perspectiva de familia» (art. 6). Tampoco en la normativa que cita como marco legal incluye Tratados Internacionales que aseguran la perspectiva de género como la CEDAW o la Convención Americana Belem do Pará. Pero como se informaba en el sitio oficial de la Municipalidad que ese espacio se ocuparía de la «violencia contra la mujer», es que quisimos saber por qué se colocaba en ese Mecanismo supuestamente «de género» a una persona sin perspectiva de género y las reflexiones al día de la fecha son dos.

Por un lado, los Mecanismos de Género deben ser creados con fines específicos y no ser un agregado -mucho menos un parche- a un espacio institucional ya existente a otros fines y sin los requisitos que exige la perspectiva de género para resultar eficaz en su proyección a la actividad institucional. Los Mecanismos de Género no sólo requieren de celeridad en su creación, sino también de seriedad en su funcionamiento. Para ello, la formación adecuada de quienes serán los recursos humanos que sostendrán la perspectiva de género dentro de la Institución es indispensable. Crear espacios de Género o maquillar como si lo fueran otros que no los son,  es parte del pinkwhashing lamentable que ha demostrado su ineficacia hace tiempo y ha malversado la vida de las mujeres, los costos para el Estado y los derechos para la sociedad.

La perspectiva de género, como parte del enfoque de los derechos humanos indeclinable en la actualidad, requiere de personas capacitadas en estudios de género, no de personas convencidas. Ese imperativo, hoy es indeclinable y no se cumple con títulos universitarios generales, sino con capacitación comprobable y específica en la materia.

Es importante pensar que si de verdad el Municipio está comprometido con «superar la neutralidad de género de las políticas públicas» y en la «prevención y erradicación de todas las formas de violencias contra las mujeres» como expresa el Jefe de Gabinete, es imposible que quien asesore en la Municipalidad a las mujeres sea quien públicamente se manifiesta respecto de la perspectiva de género como «ideología»

La flamante funcionaria municipal del Intendente Mariano Campero, Ana Valoy,  militó activamente en contra de la adhesión a la Ley Micaela, se posicionó en contra de la familia igualitaria, se expidió públicamente en contra de la ESI, se manifestó públicamente en contra del Protocolo Nacional de ILE y es desde hace tiempo tenaz desconocedora de los estándares de género y la perspectiva de igualdad de género a las que se refiere como “ideología de género”.

Ana Valoy grita a los cuatro vientos que la  perspectiva de género provocará la “destrucción de la familia”. Cuando habla de violencia de género, Ana Valoy  habla de violencia “desde el vientre” y en esa línea inclaudicablemente anti derechos de las mujeres, lesbianas, trans y personas no binarias es ahora premiada con un espacio institucional clave para promover la familia cristiana como medida de todas las cosas.

Ana Valoy, desde la Fundación EPASI donde es co-funadora, desconoce los estándares de la ley 26.150 y propone una Educación en Valores para erradicar el abuso infantil. Para justificar su “Educación Sexual en Valores” o “ESV” como la llaman, sostiene que “Nuestra sexualidad es binaria XX y XY. Está grabada en cada célula de nuestro cuerpo. La sexualidad marcará de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo. Es por ello, que necesitamos urgente defender la sexualidad biológica, defender la identidad de varón o de mujer. Genéticamente, el tercer sexo no existe, el género es una invención del ser humano, el género es algo subjetivo que se basa en la autopercepción de la persona”.

El año pasado, en la ciudad de Rio Gallegos Ana Valoy expuso sobre “El abuso sexual infantil: factores de riesgo y prevención“ e indicó que “la prevención del abuso sexual está relacionada” con la “ideología de género” y sostuvo que “la ideología de género apunta a una sexualidad de manera liberal sin respeto, sin valores, y eso es un factor de riesgo para el abuso sexual”.  Ana Valoy dice que la elección sexual “se hace cuando uno es adulto, mayor” por ello la implementación de la ESI en la Escuela no es para ella necesaria. Y afirma que “La discusión en el país es la Ley ESI para que sea transversal con ideología de género y perspectiva de diversidad sexual”.

Justo en estos tiempos asistimos en Tucumán con zozobra a la denuncia mediática y pública por discriminación, odio, violencia y maltratos de género por más de 20 ex- alumnxs a FASTA. Uno de los Colegios FASTA, el Colegio Boisdrón, dicta clases en Yerba Buena.  Religión y género parecen no ser buenos aliados en Tucumán para la igualdad, el respeto y la autonomía. Y en Yerba Buena, con esta designación, mucho menos.

Y la novela Cristianismo y Confusión sigue. Cundo la vida de «Lucía» se convirtió en otro capítulo nefasto de la política tucumana asediada por los conservadurismos religiosos que, encarnados en Funcionarios, Funcionarias y una Fiscal, re-victimizaron una niña de 11 años embarazada al retardar el acceso al aborto legal con la única finalidad de convertirla en madre, una de quienes pugnaba públicamente validando las violencias ejercidas sobre la niña fue la Lic. Ana Valoy. El diario digital El Tucumano publicó una nota donde cita a la Liceniada en diciendo «Tucumán es una provincia PRO VIDA. Ahora van a permitir que se mate a un bebé inocente? Si la falla fue del Estado y la Familia que no supo cuidar a la niña de los abusos sexuales» ( https://www.eltucumano.com/noticia/actualidad/254133/vigilia-para-impedir-el-aborto-de-la-nina-de-11-anos-violada).

La trama estatal para imponer planes de vida a través de violencias institucionales, violaciones de derechos y torturas debe ser desarticulada definitivamente si es que la Ley Micaela impacta de verdad en lxs agentes del Estado. Las políticas de género se implementan en serio o de lo contrario es mejor que el Estado continúe en mora, porque el «como si» de las políticas ya deparó bastante daño.

Mas allá de que sea con rango de Dirección o no, es preocupante pensar qué clase de asesoramiento puede brindar una mujer que sufre violencia, una persona como la Lic. Ana Valoy que activa públicamente su posición anti derechos de las familias que rige su dogma religioso y que desconoce la autonomía y la salud como ejes de una vida digna y libre de violencias;  y es mucho más alarmante aún pensar qué clase de empatía es capaz de generar en la atención de violencia de género una persona que hizo apología de la violencia en contra de una niña y no sólo carece de formación en la materia, sino que se refiere a la misma peyorativamente como “ideología”.