Mujeres en contexto de encierro: Una problemática que nos interpela
Nos volvimos a encontrar para hablar sobre una temática que nos interpela: Mujeres y niñas institucionalizadas y la necesidad de poner en crisis el sistema penal como una herramienta efectiva de reinserción social.
Por MxM
En vistas de posibles articulaciones institucionales que involucran a mujeres y niñas institucionalizadas, hemos pensado que para esta oportunidad era imprescindible hablar de el tema hacia el interior del Área Joven.
Hemos comenzando analizando el hecho de que en general, los sistemas carcelarios han sido diseñados en función de las necesidades de los varones. Ignorando, así, una población (Mujeres y niñas institucionalizadas) cuyas necesidades y derechos quedan completamente invisibilizadas.
Así, pudimos advertir de qué modo el acceso a la salud se torna ilusorio para las mujeres privadas de su libertad, ya que, si en nuestra vida cotidiana en libertad la salud sexual y reproductiva no está en agenda, dudosamente lo esté en los casos de privación de la libertad. El acceso a la higiene menstrual, a métodos anticonceptivos, a consultas con profesionales especializadas en la ginecología se torna algo casi imposible teniendo en cuenta la sociedad punitivista y negligente para con las presas.
Pero las necesidades especiales de las reclusas mujeres no es algo inventado por nosotras las feministas, es una pauta establecida en la primera disposición de las reglas de Bangkok
A fin de poner en practica el principio de no discriminación, se deben tener en cuenta las necesidades especiales de las reclusas. La atención a esas necesidades para lograr una sustancial igualdad entre los sexos, no deberá considerarse discriminatoria
También las jóvenes han podido identificar la falta en el acceso a la justicia real que tienen aquellas mujeres privadas de la libertad, muchas sin asesoramiento legal, o en el peor de los casos con una defensa legal que no cree en sus defendidas.
Nuestras jóvenes pudieron advertir también de qué modo la privación de la libertad afecta de modo desigual en mujeres que en hombres, por el hecho de que las tareas de cuidado y las responsabilidad del hogar suele recaer por completo en ellas.
Hemos recordado lo que fue, en términos de estigma, el caso de Belén. Revisando esto en consonancia con las narrativas presentadas en los medios de otras mujeres privadas de su libertad y caratuladas «malas mamás» o «matahijos». Y el modo en el que la condena social obstaculiza la resocialización de estas mujeres una vez que su condena se cumple.
Este encuentro nos resultó imprescindible para reflexionar sobre de qué modo el aparato penal funciona y qué podemos hacer como jóvenes para modificarlo.